Recuerdo la primera vez que fuimos al Barcelona Bridal Week, ¡la meca de la moda nupcial! y aunque fuimos invitados por PRONOVIAS, no resistí las ganas de conocer otras propuestas.
No se me olvidan, las palabras de Eva nuestra anfitriona, “ve, busca lo que quieras, no encontrarás nada mejor que PRONOVIAS”.
Al principio sentí el comentario algo pretencioso, pero al final, estaba convencida.
Ya van 12 años trabajando con Pronovias y 12 años de continuar analizando a la competencia (que innumerables veces se nos ha acercado) y sigo pensando lo mismo:
no hay nada mejor que Pronovias.
Es una marca que lo tiene todo: diseño, calidad, prestigio, imagen, precio. Una marca que se renueva constantemente, sin perder su esencia, que es cercana a cualquier novia, sin perder su magia, es clásica y al mismo tiempo única.
El proyecto visionario de Pronovias ha tenido una trayectoria exitosa con presencia en 4 continentes y con la colaboración de genios como Hannibal Laguna y Ellie Saab por mencionar algunos.
Recuerdo con emoción, la pasarela de la colección de Valentino Sposa, con diseños exquisitos y delicados encajes, así como la exhibición de Cristalized de Manuel Mota, llenando de luz y magia cada vestido, y probarme los vestidos plisados de Ellie Saab, haciendo de cada cuerpo una escultura. Y así a través de los años, soy testigos que en cada colección existe la herencia de la tradición de la alta costura.
Cada vestido diseñado, es el resultado de un esfuerzo orquestado de 300 horas de trabajo por un talentosísimo equipo. A pesar de su crecimiento el departamento de diseño se mantiene como un atelier, donde las piezas se confeccionan siguiendo los rigurosos estándares de calidad, concepto y filosofía de la marca. Como decía el ex director creativo de Pronovias, Manuel Mota,
“cada vestido creado, era el mejor,” y cada “mujer, una musa para sus creaciones.”
Apadrinados por Pronovias, Stellari forma parte de la historia de amor de cientos de mujeres, y se convierte también en una fábrica de sueños.